El país ofrece las condiciones, pues mantiene la mejor posición de América Latina en los indicadores del Doing Business, que mide el Banco Mundial, y es el quinto en el mundo en términos de su Producto Interno Bruto.
México se mantiene como un territorio de oportunidades, se sitúa entre los 10 principales destinos para hacer negocios y presume la segunda economía más grande en la región.
También, su posición geográfica es estratégica y se convierte en elemento clave para decidir sobre cualquier inversión.
Si bien comparte una frontera de más de 3,000 kilómetros con Estados Unidos, al mismo tiempo tiene raíces, idioma y cultura en común con América Latina, lo que representa una puerta de acceso a esta región o hacia el resto del mundo.
El propio mercado interno del país es amplio, con una población que supera los 130 millones de personas, la mitad en edad productiva.
Una tercera parte de ella es joven, dinámica y en crecimiento, con cada vez mejores niveles de educación, lo que beneficia desde dos perspectivas: tienen un mayor poder adquisitivo para el consumo y representan al talento calificado para el ámbito laboral.
Además, la variedad de recursos naturales, renovables y no renovables, forma parte de la base de la economía mexicana, mientras que la infraestructura portuaria, aeroportuaria, terrestre, ferroviaria y aduanera facilita el traslado de mercancías dentro y fuera de la República.
Como planteó Manuel Aguilar, socio director de Baker Tilly en México, el país dispondrá de mayores opciones de transporte, en un futuro próximo, ampliando aún más las alternativas de envío acelerado y rapidez de procesamiento.
De igual manera, dijo, los negocios que se establecen tienen otra ventaja: una tasa de impuestos corporativos relativamente baja en comparación con otras naciones.
Sumado a ello, el gobierno de México tiene el compromiso de garantizar la estabilidad macroeconómica, la sanidad de las finanzas públicas y los principios de austeridad, honestidad y combate a la corrupción, lo que da claridad y certeza a las inversiones.
“Constituir una empresa en México es relativamente rápido. Considerando que todos los procesos estén debidamente planificados y ejecutados, el proceso toma entre cuatro y seis semanas (dependiendo de la carga de trabajo de las autoridades). Después de este plazo, la compañía estará lista para operar”, afirmó Manuel Aguilar.
Desde luego, con todas estas ventajas, es fácil tomar la decisión de incursionar o invertir en México y 2022 es el año perfecto para hacerlo. La economía mexicana se ha ido recuperando después de la pandemia a un ritmo sostenido, lo que represen-ta un gran potencial de rendimiento para los inversores.
Para acompañarte en todo el proceso de negocios, Baker Tilly pone a tu disposición un equipo de expertos multidisciplinarios, quienes te asesorarán para facilitar el establecimiento de tu empresa, posibilitar su crecimiento e incrementar tus ingresos.
Manuel Aguilar
Socio Director de Baker Tilly en México