La marea está cambiando para las inversiones consideradas únicamente en términos financieros, con una nueva investigación de Baker Tilly y Acuris que confirma la creciente importancia de ASG para quienes realizan negocios.

Cuando se trata de la capacidad de una empresa para estar a la altura de sus valores, no hay nada como una crisis para agudizar la mente.

Esto explica por qué el trato a los empleados, el comportamiento dentro de la comunidad -incluso las demostraciones externas de apoyo a la salud pública y la ciencia- se han convertido en puntos de presión para las empresas durante el pasado año.

Entre la pandemia, cuarentenas y licencias de trabajo, la atención urgente al cambio climático y un ambiente de agitación social y protesta en todo el mundo, se espera que las empresas estén a la altura de las relaciones públicas como buenos ciudadanos corporativos.

De hecho, el año pasado pudo haber marcado un punto de inflexión en cuanto a la importancia de los principios ASG (por sus siglas “Ambientales”, “Sociales” y “Gobernanza”) tanto para la comunidad empresarial como para los clientes y mercados con los que esperan relacionarse.

«Ha sido un año traumático para las empresas de todo el mundo y, naturalmente, ha aumentado el escrutinio sobre su gestión,» afirma Michael Sonego, que dirige el grupo estratégico de Finanzas Corporativas de Baker Tilly.

»Hemos visto cómo las empresas que han criticado las cuarentenas han sido boicoteadas por los clientes como respuesta. Hemos visto que las empresas que tratan mal a sus empleados tienen dificultades para volver a contratarlos. Cuando se han hecho públicos casos de daños medioambientales o de mala conducta empresarial, el golpe a la reputación ha sido enorme. Estos problemas no sólo dañan la percepción pública y los resultados de una empresa, sino que la hacen mucho menos atractiva para los inversionistas o compradores que buscan fusiones y adquisiciones».

La magnitud del cambio queda patente en un nuevo estudio de Baker Tilly y Acuris, que analiza el impacto de ASG tanto en las fusiones y adquisiciones como en las decisiones de inversión.

Este estudio confirma la creciente importancia de ASG para los consumidores -el 90% afirma que se preocupa más por estos temas-, lo que está teniendo un efecto en cadena sobre los inversionistas conscientes de su propia reputación social corporativa.

«Los consumidores compran por convicción: quieren saber que la empresa o marca con la que se relacionan ha tratado bien a su personal, que no está dañando al medio ambiente, que está trabajando adecuadamente por sus comunidades,» dice Sonego.

«Hemos visto que esto se ha convertido en una cuestión apremiante para las empresas en lo que respecta a su comportamiento con su personal, clientes y medio ambiente, por lo que no es de extrañar que los principios ASG sean una prioridad para los inversionistas y accionistas. La tendencia ha cambiado para las empresas percibidas como negativas por sus comunidades, que evitan la buena gobernanza o tienen un historial de malos resultados sociales. No sólo van a ser castigadas por los consumidores y el personal, sino también por los inversionistas».

“En México, el impacto de ASG también es un aspecto a considerar en las fusiones y adquisiciones, ya que en los últimos años los inversionistas y las empresas se han enfrentado a cambios significativos que van más allá de la política, la economía o las finanzas; en las transacciones de fusiones y adquisiciones, los empresarios e inversionistas se enfrentan a choques culturales y de educación de las personas que trabajan en los negocios involucrados en las transacciones, situación que en ocasiones puede provocar problemas relevantes en la adaptación de los negocios que se adquieren,” añade Fernando Castillo, Socio de Impuestos en Baker Tilly México.

“Las empresas más importantes en México ya están siendo categorizadas y calificadas tomando en cuenta su grado de cumplimiento con los estándares de ASG. Lo anterior se refiere a que los inversionistas toman en cuenta factores de medio ambientales, sociales y de gobernanza cuando evalúan una oportunidad de inversión. Hemos visto un incremento en el apetito de los inversionistas por pagar más por una empresa que es más consciente por temas ambientales y sociales, y con acciones implementadas. Referente al tema de gobernanza, toman importancia asuntos de transparencia, ética, gobernabilidad y canales de denuncia”, describe John Milner, Socio de Consultoría en Baker Tilly México.

Factores que rompen acuerdos y crean oportunidades

El informe, que analizó las opiniones de 60 negociadores de todo el mundo, concluye que los principios de ASG son más cruciales que nunca a la hora de sopesar las fusiones y adquisiciones y los objetivos de inversión, ya que el 65% de los encuestados los consideran una parte importante de la estrategia de inversión.

Si bien la regulación y la presión externa son responsables en parte de esta concientización, el 84% de los encuestados afirma que el tema también es importante para su organización, lo que sugiere que la tendencia está cambiando para las inversiones consideradas puramente en términos financieros.

«Los responsables de las operaciones consideran que estas cuestiones tienen un valor para sus propias organizaciones y su reputación, y eso está determinando la forma en que abordan las posibles transacciones,» afirma Sonego.

«La reputación y la gestión de la marca son factores clave y, si un objetivo de fusiones y adquisiciones corre el riesgo de dañar la reputación del oferente, esto tiene implicaciones para las principales partes interesadas del oferente, incluidos los consumidores y sus propios empleados. Los negociadores son muy conscientes de que una mala gestión de ASG es difícil de contener».

Abandonar o regatear

El informe de Baker Tilly reveló que el 60% de los responsables de las operaciones se alejaron de ellas debido a una evaluación negativa de los principios de ASG en la operación objetivo.

«Puede ser tentador pensar que la inversión en ASG está impulsada por el corazón y no por la cabeza, pero nuestra encuesta muestra que no es así,» dice Julie Haeflinger, Directora Ejecutiva de Finanzas Corporativas de Baker Tilly Strego.

«Una gran proporción de los negociadores han visto un mejor rendimiento en las inversiones con un fuerte perfil de ASG, y los que dicen que aún no han visto esos rendimientos es probable que estén al principio del ciclo de inversión. Muy pocos informan de un peor rendimiento para una inversión ASG con respecto a otra en la que el perfil medioambiental, social o de gobernanza es menos favorable».

Conciencia social agudizada por el riesgo y la regulación

Aunque las normas ASG no hundirán todas las operaciones, comprender los motivos que impulsan la inversión ASG del comprador es fundamental para evaluar el nivel de riesgo que están dispuestos a asumir.

En muchos casos, el principal motivo para invertir en empresas con un sólido historial en ASG es combatir la amenaza de la regulación, en medio de la creciente demanda mundial de inversiones más sostenibles.

Cada vez se exige más a los inversionistas corporativos y de capital privado que demuestren un rendimiento acorde con los objetivos medioambientales en cuestiones como el cambio climático, uso sostenible del suelo y agua, y protección de la biodiversidad.

En cuanto a las cuestiones sociales, se presta una atención renovada a los derechos humanos y normas laborales, al empleo seguro y sostenible, y a evitar los talleres de explotación, trabajo forzado o esclavitud moderna.

En cuanto a la gobernanza, la evasión de impuestos, corrupción, remuneración de los ejecutivos e incluso seguridad de los datos de los clientes, se ubican en la agenda de mejora.

En México, la gobernanza ha tomado un lugar muy importante ya que su sistema fiscal ha incorporado diversas recomendaciones de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), lo que genera grandes requerimientos de cumplimiento incrementando la carga administrativa de los negocios,” afirma Castillo.

“Incluso se han adoptado disposiciones para la prevención del lavado de dinero y de protección de datos personales que obligan a las empresas a mantener sistemas sofisticados, que les permiten cumplir adecuadamente con las nuevas regulaciones,” agregó Castillo.

De hecho, los Principios para la Inversión Responsable de las Naciones Unidas documentan más de 730 revisiones normativas en las 50 economías más grandes del mundo, que exigen o animan a los inversionistas a tener en cuenta consideraciones de valor a largo plazo tales como los factores ASG.

Sonego afirma que estas cuestiones no harán más que aumentar su importancia, por lo que los inversionistas miran al horizonte normativo a la hora de sopesar los objetivos.

«Cuando observamos el creciente nivel de regulación en la mayoría de los países en torno a situaciones como la venta de automóviles con motores de combustión interna o el uso de plásticos de un solo uso, nuestra opinión es que un mal historial de rendimiento medioambiental sólo va a aumentar como elemento disuasorio para las operaciones,» afirma Sonego.

Un segundo factor clave es el riesgo legal, incluidas las demandas colectivas por parte de consumidores y accionistas contra empresas por supuestos abusos en materia de ASG.

En Estados Unidos, el año 2020 ha sido uno muy intenso en lo que respecta a demandas colectivas relacionadas con el lugar de trabajo, incluyendo el acuerdo de 310 millones de dólares de la demanda promovida por los accionistas contra la empresa matriz de Google, derivada por reclamos de mala conducta sexual de ejecutivos, y la demanda de 14 millones de dólares resuelta contra el minorista Walmart por discriminación por embarazo.

De las más de 1,500 demandas colectivas sobre cuestiones salariales y laborales, 61 estaban relacionadas con casos en los que los empleados se sentían inseguros al tener que trabajar durante la pandemia.

En Australia, un grupo de ocho adolescentes ha emprendido una acción colectiva contra el Gobierno Federal por la decisión de ampliar una mina de carbón, alegando que tiene la obligación de no agravar los riesgos del cambio climático.

En Alemania, una propuesta de ley de debida diligencia en la cadena de suministro introducirá nuevas sanciones legales para las grandes empresas que no actúen contra violaciones de derechos humanos o daños medioambientales en sus cadenas de suministro.

«Si una empresa tiene un legado de mal trato a sus empleados, contratistas, clientes, partes interesadas o comunidad, los riesgos empiezan a acumularse rápidamente,» afirma Haeflinger.

«Ya sea el robo de salarios entre trabajadores mal pagados o acusaciones de esclavitud moderna en la cadena de suministro, o simplemente un líder de alto nivel con una reputación de conducta de oficina atroz, el riesgo social del mal comportamiento es ahora demasiado caro para que un licitador lo ignore.»

Los negociadores quieren saber no sólo que la empresa ha evitado acciones legales hasta la fecha, sino también que no van a surgir problemas que se consideraban en segundo plano.

«Una debida diligencia en este ámbito es compleja y requiere mucho tiempo, pero el 83% de los negociadores quieren que se hable de las cuestiones ASG en las primeras fases de la operación, antes de que avancen las negociaciones,» afirma Sonego.

«Una vez que estas materias están claras, más de la mitad afirma haber cambiado la valoración de un objetivo; el 33% ha aumentado su valuación y el 18% la ha rebajado. Los licitadores quieren tener la certeza de que no están comprando una demanda judicial a punto de producirse, y unos buenos resultados en materia de ASG les dan la seguridad de que ese no será el caso».

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